Nuestro cuerpo es como un coche conducido por la mente como el conductor que usa el volante que controla las ruedas o los sentidos. Siempre que el conductor o la mente escuchen las instrucciones dadas por el Maestro o el Corazón, el coche se moverá por el camino recto y alcanzará su destino de manera segura y a tiempo. Pero, si el conductor o la mente se distraen con los objetos de los sentidos en el camino, la conducción no solo será insegura, sino que tampoco se alcanzará el destino. Incluso el coche podría sufrir accidentes, poniendo en peligro al coche y al Maestro.
Sri Madhusudan Sai
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