Solo cuando llenemos nuestro corazón por completo con el amor de Dios y hagamos todo para Su placer, podremos alcanzar la meta final de la realización de Dios. Cuando el corazón ya está lleno de deseos y apegos de todo tipo, no habrá lugar para que el amor de Dios se haga presente en él. Entonces, primero tenemos que vaciar nuestro corazón de todos los deseos y apegos del mundo y llenarlo con buenos pensamientos de amor y sacrificio desinteresado, que son los sellos distintivos de la divinidad.
Sri Madhusudan Sai
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