La dulzura del nombre de Dios es incomparable. Cuanto más cantes el nombre de Dios, más experimentarás su dulzura. Así como la cáscara de la caña de azúcar es dura y amarga en la superficie, pero el jugo en el interior se vuelve más y más dulce al masticarlo, así también el nombre de Dios puede parecer inicialmente insípido y sin sabor, pero, al continuar cantándolo, la dulzura aumentará tanto que no podrás resistir la tentación de cantar y disfrutar de su dulzura.
Sri Madhusudan Sai
0 comentarios