Hoy en día las personas está constantemente influenciadas por todo tipo de deseos que parecen crecer sin límite. Al cumplir un deseo, el hombre se siente feliz momentáneamente hasta que surge otro deseo, sumergiéndolo nuevamente en la miseria hasta que ese nuevo deseo también se satisface. Este ciclo de deseos le empuja repetidamente al torbellino del dolor, eludiéndole siempre la felicidad permanente. Deben darse cuenta de que no pueden esperar obtener una bienaventuranza duradera de este mundo transitorio y cambiante, y que la fuente de la bienaventuranza eterna está dentro de sí mismo, no fuera.
Sri Madhusudan Sai
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