El mundo es un lugar de dualidades: el placer sigue al sufrimiento y viceversa, como el día y la noche, el verano y el invierno, el nacimiento y la muerte, etc. La única forma de no ser afectados por las situaciones cambiantes que traen alternativamente lágrimas de alegría y de tristeza a nuestras vidas es darnos cuenta de que somos el eterno Atman divino y no el cuerpo perecedero y la mente turbulenta. Las vicisitudes de la vida afectan sólo al cuerpo y a la mente, pero no al Atman.
Sri Madhusudan Sai
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