No se puede predicar la religión a una persona que está sedienta y hambrienta, o enferma del cuerpo y de la mente, o desnuda y temblando de frío, o sin un techo sobre su cabeza. A todas estas personas, Dios debe aparecer primero como alimento, medicina, vestido o cobijo, para que sus necesidades básicas sean satisfechas. Sólo más tarde podrán pensar en Dios, comprenderlo y adorarlo.
Sri Madhusudan Sai
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